martes, 28 de abril de 2009

23 de abril. Día del libro y día del idioma




















Miguel, cuánto te queremos...
Hoy pienso en vos, mi querido Miguel, en las veces que fuiste despreciado, saqueado y prisionero. Pienso en las largas horas, interminables horas sin libros, en la cárcel de Argel. Pienso en la incomprensión de los recaudadores de impuestos que te dejaron en la ruina. Pienso en el instante en que el cañón te rebanó el brazo en aquella batalla famosa de Lepanto.
Pero también pienso en el Cervantes que conocí en mi juventud, con respeto de estudiante universitaria. En las largas noches de insomnio, cuando me llevaste de la mano por las páginas de tu Quijote y me hiciste reír, mucho, aunque en esa época yo no tenía muchas ganas. Pienso en tus refranes y en ese informe que tuve que exponer justo cuando no tenía ganas de hablar. Tus refranes me recuerdan a mi bisabuela materna y por eso, no dejo de sonreírme a solas cuando alguno emerge y fluye para cada situación.
Pienso en el Quijote que me recibió en Madrid y que me paseó por la llanura manchega justo a 500 años de su nacimiento. Creí ver a Don Quijote pavonearse por esas tierras rojizas con su fiel Sancho, entre esos viñedos rastreros. También entendí porqué el mayor placer puede ser paladear “Duelos y quebrantos los sábados” y “pisto manchego”, bañado en las notas cálidas de un cencibeles, para culminar con natillas de azafrán.
Caminar por el pueblo de El Toboso, fue como recorrer el cap. IX con Don Quijote y Sancho, quienes buscan la casa de Dulcinea, aunque la búsqueda es un engaño, porque Sancho sabe que tal señora, Aldonza Lorenzo, no vive en la ciudad. Sin embargo, recorrí las callecitas empedradas, siguiendo frases de este capítulo que marcan el recorrido. Pasamos por la Iglesia del pueblo, del s. XI, para llegar finalmente al Centro de Cervantes (con una colección completísima de ediciones del Quijote en todos los idiomas, incluso coreano, chino, esperanto, etc,, de todas las épocas) y a la casa de la señora que inspiró a Cervantes para el personaje, Anita Martínez, una dama muy codiciada por su belleza. A esta casa le llaman "Casa de Dulcinea" (típica casa noble manchega del siglo XVI).
La parada siguiente fue a la entrada del pueblo de Consuegra, donde te descubrí en cada molino de viento. Ahora sé que pelear contra ellos no es imposible, a pesar de su grandeza, siempre que la convicción nos ayude a seguir adelante incólumes. En Puerto Lápiz, velamos juntos las armas y te abrazamos –tal como muestra la foto- para poder sentir que podias acompañarmos hasta Aranjuez, allí donde el palacio veraniego real exalta la grandeza manchega. Supongo que eras vos el que nos guiaste por Castilla, mientras mis compañeros de mil razas, me enseñaron que un libro puede unir al mundo entero, a pesar de tiempos y distancias.
Vicky Diumenjo- Villa La Angostura, 23 abril de 2009.
Viaje a la Ruta del Quijote: Castilla La Mancha- 22 de octubre de 2005.