jueves, 28 de mayo de 2009

Esto sí que es fantástico...

FINAL DE CUENTO FANTASTICO
—¡Qué extraño! —dijo la muchacha, avanzando cautelosamente—. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó al hablar, y se cerró de un golpe.
—¡Dios mío! —dijo el hombre—. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos ha encerrado a los dos!
—A los dos no. A uno solo —dijo la muchacha. Pasó a través de la puerta y desapareció.

I. A. Ireland, Visitations (1919). En: Borges, Jorge Luis; Bioy Casares, Adolfo y Ocampo, Silvina. Antología de la literatura fantástica. Buenos Aires, De Bolsillo. p. 195

UN CREYENTE
Al caer de la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo: -Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas? -Yo no- respondió el otro- ¿Y usted?- Yo sí- dijo el primero y desapareció.

George Loring Frost. Memorabilia ( 1928). En: Borges, Jorge Luis; Bioy Casares, Adolfo y Ocampo, Silvina. Antología de la literatura fantástica. Buenos Aires, De Bolsillo. p. 176.

TWICE TOLD TALE
Perseguido por la banda de terroristas Malcolm corrió y corrió por las calles de esa ciudad extraña. Eran casi las doce de la noche. Ya sin aliento se metió en una casa abandonada. Cuando sus ojos se acostumbraron la oscuridad vio, en un rincón, a muchacho todo asustado.
-¿A usted también lo persiguen?
-Sí -dijo el rnuchacho.
-Venga, Están cerca. Vamos a escondernos. En esta maldita casa tiene que haber un desván... Venga.

Ambos avanzaron, subieron unas escaleras y entraron en un altillo.
-Espeluznante, ¿no? -rnurrnuró el muchacho, Y con un pie empujó la puerta. El cerrojo, al cerrarse sonó con un clic exacto, limpio y vibrante.
- Ay, no debió cerrarla! Ábrala de una vez. ¿Cómo vamos a oírlos, si vienen?

El muchacho no se rnovió.
Malcolm, entonces, quiso abrir la puerta, pero no tenía picaporte. El cierre, por dentro, era hermético.
-¡Dios mío! Nos hemos quedado encerrados.
-¿Nos? -dijo el muchacho-. Los dos, no; solamente uno

Y Malcolm vio cómo el muchacho atravesaba la pared y desaparecía.

Enrique Anderson Imbert. En el telar del tiempo. Buenos Aires, Corregidor, 1985.

martes, 5 de mayo de 2009

TODOS POR BENEDETTI

Vamos a seguir nombrando tu poesía como pide Saramago, para acompañarte y conjurar las ganas de que sigas aquí.

Buscando al azar en Inventario uno, el poeta nos dice:

PREGUNTAS AL AZAR
¿Dónde está mi país?
¿junto al río o al borde la noche?
¿en un pasado del que no hay que hablar
o en el mejor de los agüeros?
¿dónde?
¿en la desolación de la memoria?
¿en el otoño de la gracia
o en el oasis de los quietos?
¿en los ahora libres calabozos
o en las celdas de fantasmas asiduos?
¿dónde está mi país?
¿en las manos abiertas y aprendices
o en los muñones del remordimiento?
¿simplemente en el sur?
¿en qué pronóstico o escape?
¿en qué repliegue del dolor?
¿lo llevo acaso en mí?
¿me espera en sueños?
¿en qué sueños?
¿dónde está mi país?
¿debajo de qué nube?
¿sobre cuántos despojos?
¿metido en qué fragores?
¿lindante con qué alivios?
¿rostro en qué piedra o ciénaga?
¿crepitando de enigmas?
¿incontable de amores?
¿asceta de qué triunfo?
¿pulso de qué candombe?
¿postergado en qué olvido?
¿dónde está mi país?
¿seré sordo a su viejo cuchicheo
o ciego ante el tizón de sus crepúsculos?
¿dónde está o estará?
¿en qué rincón o pedacito
de miedo poco ilustre?
¿en qué grito o clarín?
¿en qué alma o almario?
¿dónde ?
¿en la atroz misericordia
o en la plena sustancia?
¿en qué muralla o huerto?
¿en qué alcurnia o tinglado?
¿en qué tango o campana?
¿dónde?
¿no cesaré jamás de preguntarlo?
¿nunca vendrá a mi encuentro?
y si viene
¿con quién?
¿dónde está mi país?
¿en qué destino o alucinación?
¿en qué nido de hornero?
¿o de víbora?
¿o de ángeles?
¿en qué altivez de faro tenue?
¿dónde?
¿en la frontera del teléfono?
¿en la parcela de la suspicacia?
¿socio de la quimera?
¿partido en dos?
¿o en tres?
¿callado?
¿dulce ya de alaridos?
¿extenuado de tránsitos?
¿dónde está mi país?
¿en el invierno?
¿en la casi agobiante
tensión de la esperanza?
¿en la alegre pesquisa de los niños?
¿en el clavel de la anmistía?
¿en las deudas de gulliver?
¿en las huellas del pánico?
¿está en los que no están?
¿en el montón de penuria?
¿en los umbrales y fogones?
¿en el incandescente laconismo de ibero?
¿en la muerte incurable de zelmar?
¿en el enjambre que irrumpió en la calle?
¿en el felón impune?
¿dónde?
¿en el pan que amanece
pese a todo?
¿en la bondad endémica?
¿en el regreso de los nietos pródigos?
¿en los que vienen a morir en casa?
¿en los que nacen desvalidamente?
¿dónde?
¿dónde está mi país?
¿será que estuvo
está conmigo?
¿qué viene y va conmigo?
¿que al fin llega conmigo
a mi país?

Preguntas al azar. En: Inventario uno. Poesía completa (1950- 1985). Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2001

FELIZ CUMPLE, JUAN!

Juan Gelman, Buenos Aires- 3 de mayo de 1930
Gracias por estar entre nosotros y enseñarnos tu don de gente.

PODERES
como una hierba como un niño como un pajarito nace
la poesía en estos tiempos en medio
de los soberbios los tristes los arrepentidos
nace

¿puede nacer al pie de los sentenciados por el poder
al pie de los torturados los fusilados de por acá nace?
¿al pie de traiciones miedo pobreza
la poesía nace?

puede nacer al pie de los sentenciados por el poder
al pie de los torturados los fusilados de por acá nace
al pie de traiciones miedos pobreza
la poesía nace

tal vez no haya perdón para los soberbios para los tristes
para los arrepentidos
tal vez no haya perdón para los carniceros zapateros
panaderos
tal vez para nadie haya perdón
tal vez todos estén condenados a vivir

como una hierba como un niño como un pajarito nace
la poesía la torturan
y nace la sentencian y nace la fusilan
y nace la calor la cantora

Relaciones (Buenos Aires, 1971- 1973). En: de palabra. Madrid, Visor Libros, 2002.